II CONCURS LITERARI"CONEX"11-06-1998 Los contratiempos empezaban este día.En el taller, se hallaba el ayudante mecánico solo. El jefe, no tardaría en llegar, pero yo, no podía esperar. En definitiva, el coche estaba ya disponible y a mí me urgía acudir a la cita en Sort.
y realizar las pruebas pertinentes. Ni caso. Ya lo harían a mi regreso. No iba a perder un buen negocio programado con tanta antelación, por llegar tarde a la cita. instantes en el arcén. El tiempo justo para extender la multa por exceso de velocidad. Si era tan amable, podía echar una firmita al papelito, que entre otras instrucciones, indicaba el recurso a seguir para anular sus efectos. Sin discusiones. Con tal de abreviar, valía la pena contribuir al Erario, si posibilitaba llegar a tiempo para cerrar el trato comercial. La cola en el peaje, me sacó de mis casillas. Nervioso, al frenar para sumarme a la comitiva, resbalé el pié, dando un breve pero no intencionado pisotón al acelerador.El ocupante del Mercedes alcanzado, al no descubrir daño alguno en su vehículo, con aire disciplente, me instó a conducir con más cuidado.¿Sería martes y trece?. No, mi cita era el dieciocho.
hora después, tampoco. Temí lo peor. Negocio esfumado. Telefonearía para indagar.Tampoco; no llevaba la agenda, ni recordaba el número. Me presentaría directamente a las oficinas de Lérida. Allí me aclararían el fallo. faltaba : que el mecánico no hubiera realizado bien su trabajo.En la próxima cuesta arriba, se silenció el motor totalmente.Indagar las posibles causas, me llevó bastante tiempo. Fui reduciendo las mismas, por poco probables, hasta dar con la no atinada : ¡ falta de combustible !.Claro, ignorando el nivel por indicadores no conectados, debí prever tal circunstancia. Sobraban lamentaciones. Haciendo autostop, con el primero que se brindó, llegué a la gasolinera de Camarasa, donde me facilitaron una lata de combustible. concentraba el mundo al Sur?. Al fin un camionero que repostó, se apiadó de mí. mi mujer. A pesar de la reposición de carburante, el coche no arrancaba. A base de intentonas, había anegado al carburador. Más pruebas, hasta mudar el ronroneo enérgico normal del demarré, por otro débil y cansino. Me cargué la batería. espera, me estaba entrando apetito; además el cielo ennegrecía. ¡Vaya día !. Con el escaso tránsito acusado, no era prudente repetir autostop. Procedía actuar pacientemente. nuevo, sin ningún resultado. Entonces observé una pérdida de agua por la junta de la culata. Esto, ya no tenía remedio. Debió calentarse el motor, sin enterarme. Mi falta de juicio al sacar el coche del mecánico en estas condiciones, dieron estos resultados. probado bocado.Tomaría el tren para regresar a Barcelona y reparar fuerzas, para soportar las aciagas incidencias.
periódico. Antes de sentarme, le dije: -¿No cierra la ventana?. El aire es frío y va a llover. ¡Era igual, daba lo mismo !. Faltaba el cristal.Corrido por el chasco y contrariado por las vivencias, me senté desfallecido. coche en Lérida. Las contrariedades no acababan. El taxista, me ofreció monedas para llamar por teléfono a mi mujer, desde la cabina de la esquina. Se hallaba sin luz, con los cristales de la puerta rotos.
mano, desprendiendo unas gotas de sangre. Al chupar para contener el fluido, me manché la camisa recién estrenada. Al abrir la puerta del piso, mi mujer exclamó : Sort?.____________________________________________________________________ |
lunes, 18 de agosto de 2008
DIA ACIAGO
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